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Centros Chilenos en el Exterior

Chilenada A sangre fría

Chilenada  A sangre fría Por Gonzalo León / La Nación Domingo    Todos los domingos, en la zona sur de la capital, en escondidas pistas, caballos compiten ante la atenta mirada de sus dueños y de los apostadores. Gracias a esta típica costumbre, que en septiembre parece reavivarse con fuerza, conocimos al concejal de las carreras a la chilena y a su caballo Transantiago, pero también al administrador del night club Fabiano Rossi, que nos trajo hasta acá, sin olvidar a los caballeros que jugaban al chupe. 

Me gusta el campo porque es "güeno", o eso creo, cuando vamos entrando a una de las tantas pistas de carreras a la chilena ubicada en la zona sur de la Región Metropolitana. Saturnino, el administrador del night club Fabiano Rossi, me cuenta que también hay en Pirque, San Bernardo y acá, en Paine, en donde ahora un par de "potrancas", como les dice Saturnino, le cobran los dos mil pesos de entrada por persona.

¿Pero cómo llegué acá en compañía del administrador del Fabiano Rossi?, se preguntarán algunos cochinos. Simple, el dueño del night club, Alejandro Araya, es un ferviente promotor de la chilenidad y de este tipo de carreras.

Aclarado el punto y aclarado además que hace mucho tiempo que no voy a un topless, estacionamos los autos y nos bajamos a reconocer el recinto que, aparte de la pista, tiene un par de letrinas y un quiosco en donde se venden empanadas a 600 y caja de vino a dos mil pesos. En el centro del recinto, Álvaro Hoppe, un amante del "18", se queda contemplando, como un niño, la pista mojada.

¿Le pasan un tractor pa emparejarla? pregunta.

No contesta Saturnino . Una rastra de clavos.

Saturnino comienza a saludar a la gente que, casi en la centena, se ha reunido para apostar y para observar las tres carreras de la tarde. Tras los saludos, le consulto por los modernos partidores, que son muy parecidos a los que se pueden encontrar en cualquier hipódromo profesional.

Los inventó don Alejandro explica, refiriéndose a su jefe.

Ya, ¿y cuáles son las reglas?

Es complicado responde.

Lo quedo mirando fijamente, como si yo fuese el tipo que le pegó aquel famoso puñete al Guatón Loyola.

Lo primero de todo es reunir el monto de la polla, que debe alcanzar a 300 mil pesos por lado. Una vez hecho eso, se puede empezar a apostar

No digái eso, Saturnino dice un tipo mayor pero sin canas, que luce un sombrero negro . Cuando el Kike Morandé estuvo aquí, nos recomendó que no dijéramos que aquí se apostaba, porque, según él, podíamos tener líos con Impuestos Internos.

 

EL CONCEJAL Y SU TRANSANTIAGO

Saturnino me presenta al tipo mayor sin canas. Se llama Félix Pavez, más conocido como el concejal de las carreras de caballos a la chilena. Estrechón de manos y enseguida vuelvo a la carga:

¿Kike Morandé estuvo aquí?

Sí, pues. Si hasta iba a hacer competir a uno de sus caballos, pero ¿Sabe? Mejor le presento a mi caballo.

Caminamos y nos encontramos con un hermoso espécimen.

Se llama Transantiago señala el concejal.

La gente que nos rodea, y que después descubriré que trabaja para él, ríe, como en ese comercial donde el empleado sube con su jefe al ascensor y éste le dice "este ascensor es una tortuga", y el empleado piensa que es una broma.

¿Por qué le puso así? consulto.

Porque tiene cualquier problema: está cojo de una rodilla y más encima me lo vendieron sin tarjeta bip!

En todo caso, ¿se ve bien?

Claro, como el Transantiago, no le digo.

¿Y ha ganado alguna carrera?

Claro y, si no, llega segundo.

De hecho interviene Saturnino-, me ganó a mí y estoy pidiendo la revancha hace rato.

Como ven, el concejal de las carreras a la chilena es un huaso ladino. Se une a la escena don Luis para preguntarle si le llegó el recado.

Sí, don Luis responde y, luego palmoteándole el hombro, añade : Y ayudándole a sentir.

Don Luis agradece el gesto y se marcha al quiosco a beber un Manquehuito. El concejal aprovecha para contar que iba a correr con don Luis 100 metros a pie, pero que un inconveniente obligó a postergar la carrera.

¿Y se podría saber cuál fue ese inconveniente?

Le dio un ataque a su mujer y murió en el trayecto al hospital.

Para cambiar de tema, le consulto por la manera en que se prepara un caballo. El concejal recita la respuesta con abulia, como si la hubiera repetido mil veces antes.

Hay que darles vitaminas y alimentarlos con pasto y avena. ¡Ah!, y trabajar todos los días en dos jornadas, una a las seis de la mañana y otra a las cuatro de la tarde. Se ensaya la carrera un día a la semana, generalmente los miércoles.

 

LAS REGLAS Y LOS JINETES

Antes de presentarme a su jinete, conocido como Canilla, el concejal me dice que un jinete, de ganar la carrera, obtiene el 20% de la polla. Bueno, pero mejor será dejar con ustedes al Canilla que, como pueden observar, es un chico enjuto, con los dientes hacia fuera, parecido a un caballo. Tiene 18 años, es oriundo de Chillán y corre hace dos años y medio.

¿Te gustaría correr en el Club Hípico? interroga Hoppe con una imaginaria lámpara sobre su cabeza.

No.

¿Y por qué no? replico.

Porque allá hay mucha droga contesta sonriendo , y yo no le hago a eso.

¿Qué es lo más difícil de correr?

Canilla se toca el principio de los muslos.

Esto dice , hay que trabajar esta zona.

¿Te hai caído?

Sí me muestra una cicatriz en su brazo izquierdo . Cuando corría por tercera oportunidad, Transantiago me botó.

Cuando le pregunto quién le enseñó, Canilla señala a su maestro, que a su vez es maestro de varios jinetes, Sergio Carrasco.

Lo más difícil de esto advierte es ahorrar, porque aquí corre harto copete. Así y todo, logré comprarme una camionetita.

Enseguida, Sergio me explica que la persona que determina quién gana es un juez que va cambiando en cada carrera y que se conoce como veedor.

Juan Inostroza es uno de los tres veedores y me explica ahora que hay que fijarse si hay carrera cortada o carrera ganada. Como lo que habla don Juan me suena a chino, le pido que me lo explique con lápiz y papel.

Para que un caballo gane, su cola no puede tocar con la cabeza del que va segundo. Si esto pasa, gana el que traspasa la meta segundo. A esto se le llama cortar la carrera.

Don Juan está apurado. Debe ponerse en su posición para la primera carrera de la tarde entre Viento Fuerte y El Pangui.

 

CHUPE Y CARRERAS

Casi dos decenas de hombres están reunidos en un círculo. Todos sostienen billetes en sus manos, así es que imagino que ahí se realizan las apuestas. Me acerco, pero tras consultar me dicen que lo que hacen es jugar chupe, que consiste en lanzar cinco monedas de 100 pesos al aire y adivinar si saldrá cara o sello. El asunto se zanja por mayoría, por lo que si hay tres caras y uno apostó cara, simplemente gana lo que le apostó al otro jugador.

Tan entretenido me parece este chupe, que no alcanzo a divisar la primera carrera. Cuando termina, un viejito llega para informar que fue carrera cortada. Para no perderme la segunda, me instalo en la meta, que está ubicado a 200 metros de la partida.

Lo primero que se hace, tal como predijo Saturnino, es reunir el monto de la polla. Una vez acordada, los dueños de ambos caballos empiezan a molestarse, o a torearse en lenguaje huaso. Esto da pie para que el público, con billetes en mano, comience a ofrecer 10 ó 25 mil pesos por carrera cortada o carrera ganada.

50 por la ganada dice una voz perteneciente a un tipo de sombrero vaquero.

Yo voy por la cortada contesta el dueño del caballo que correrá al final.

Entonces no.

Lo que pasa es que estos caballos no debieran correr juntos. Son muy parejos. El reloj no miente.

Establecidas las apuestas, alguien grita para que despejen la pista. Todo está listo para la partida. Los caballos a enfrentarse son Dominguera y Pocas Pilchas, montado por Canilla.

La carrera comienza. El sonido que emiten las pisadas de los animales es cada vez más ensordecedor, al igual que los gritos de la gente. Gana Pocas Pilchas por medio cuerpo, pero gana sin cortar, cuestión que pronto dictaminará el veedor.

Una vez traspasada la meta, Canilla sólo consigue detener al caballo cuando está a punto de estrellarse con unas casitas. Al regresar, explica el comportamiento del caballo:

Es muy duro.

Y cuando yo ya pienso en otra cosa, Saturnino dice que eso significa difícil de dominar. Me vienen a la mente un par de novias bien duras y le consulto a Saturnino si hay un remedio para eso.

No contesta riéndose , ese tipo de potrancas no tiene remedio.

La respuesta me abate tanto que desaparezco como por arte de magia. LND

 

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