Blogia
Centros Chilenos en el Exterior

La parada militar de narcos y delincuentes

La Nación Domingo

El martes en la noche vimos la Parada Militar de los narcos y los delincuentes en distintas áreas de la ciudad de Santiago. Fue una presencia activa en las calles donde se enfrentaron a Carabineros demostrando su capacidad de fuego. El resultado, 45 carabineros heridos y el cabo Cristián Vera, asesinado por un joven escondido en la oscuridad.

La fecha del once de septiembre fue un pretexto utilizado por los narcotraficantes para dar una prueba de fuerza a las autoridades y al país. Su objetivo es debilitar la sociedad y sus instituciones e imponer su "orden" en diferentes territorios de la ciudad. Los narcos le han declarado la guerra a Chile. Y como bien señaló el General Director de Carabineros, José Bernales, "matar un carabinero es matar al país". Pues bien: la droga está matando a Chile.

Y lo están haciendo por parte, barrio a barrio, población a población y es por ello que ya no vemos violencia callejera en lugares donde los narcos ya han consolidado su poder. La guerra por conquistar territorios para el narcotráfico se está dando en Peñalolén, Pudahuel y Huechuraba y su mejor caldo de cultivo es la desintegración social que está experimentando Chile. Los jóvenes ven en los jefes narcos una autoridad a seguir a cambio de la promesa de bienestar fácil, de reglas claras dentro de la organización y de disciplina.

Lamentablemente, la clase política sigue confundiendo esta guerra con protesta política y es por ello que las políticas públicas para combatir el narcotráfico han sido un fracaso y la violencia en las calles crece en vez de disminuir. El Ministerio del Interior debe dejar su ingenuidad de lado y asumir un rol político en esta guerra y el sistema judicial debe reconocer que los narcos han utilizado para su beneficio una legislación garantista que les permite seguir operando en la impunidad.

Esta guerra no se gana con represión indiscriminada como lo ha solicitado la Alianza por Chile y Carabineros así lo entendió el martes pasado ya que actuó dentro del Estado de Derecho y es por ello que hoy estamos orgullosos de no tener victimas civiles.

Esta guerra se combate en dos frentes, el policial, con determinación y coraje para enfrentar a los narcos y el de política pública para hacernos cargo de la desintegración social que excluye a nuestros jóvenes y los entrega en bandeja en las manos de las mafias locales.

Tenemos que recuperar el tejido social en el territorio, debemos recuperar una institucionalidad que consagre autoridad y poder a nivel local. Necesitamos terminar con la atomización de los liderazgos a nivel local y debemos terminar con el deporte nacional, instalado por la derecha y con eco en los nuestros, de cuestionar el liderazgo de nuestra Presidenta.

Quienes no son capaces de reafirmar y respetar la autoridad, están creando un clima de desconfianzas que los narcos están aprovechando para su propio beneficio. LND

 

 

0 comentarios