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Preparativos del golpe

Fuente: Wikipedia

Las Fuerzas Armadas estaban preparadas para dar un golpe militar mucho antes de pensar en él. El ejército tenía «planes de contrainsurgencia», para el caso de que una subversión sobrepasase a las Fuerzas de Orden (Carabineros). Este plan consistía en dividir al país en diferentes secciones, estableciendo para cada una un plan de acción, dirigido en contra de la posible insurgencia. Este plan es la base prima de los golpistas, quienes sólo tuvieron que adaptarlo a las nuevas circunstancias.

El problema era el General Prats, que mantenía su lealtad al presidente y tenía a la guarnición de Santiago y al comando de institutos militares en manos de gente cercana (Generales Sepúlveda y Pickering).

Se tenía que adelantar el golpe para antes de fiestas patrias, porque si se retardaba mucho podía ocurrir otro tanquetazo, que permitiría limpiar de oficiales golpistas la plana del ejército. Pero cayó Prats, y Sepúlveda y Pickering renunciaron en un gesto de solidaridad. El nuevo comandante en jefe es Pinochet, del cual no se sabe si es o no golpista.

El día viernes 7 de septiembre los generales fijan el día D, el 11 de septiembre, y la hora H (6:30 horas en Valparaíso y 8:30 horas el resto del país).

El sábado se envía al general Arellano a hablar con Pinochet, le explica la situación y le dice que va a haber golpe va con o sin su apoyo, a lo que Pinochet responde: "¡Yo no soy marxista, mierda!" y golpea el sillón en que estaba sentado. El general Arellano interpreta su gesto como apoyo al golpe, y se lo comunica a Leigh y a Merino, mas todavía no hay nada claro con Pinochet.

El domingo en la mañana Allende se reúne con el comandante en jefe y otros generales. Allí les explica que pretende anunciar un plebiscito. Sería la última vez que se verían los dos protagonistas del golpe. Pasada la tarde, Leigh visita a Pinochet, quien (según el testimonio de Leigh) todavía vacilaba. Llegaron a la casa de Pinochet el contralmirante Sergio Huidobro y el capitán de navío Ariel González, venían para saber la posición del ejército.

Huidobro sacó un papel firmado por Merino que ratificaba el día D y la hora H, dirigiéndose a "Augusto" y "Gustavo".

"Los saluda con esperanzas de comprensión. J.T. Merino."

Y al reverso:

"Gustavo: es la última oportunidad. J.T."
"Augusto: Si no pones toda la fuerza en Santiago desde el primer momento, no viviremos para ver el futuro. Pepe"

Leigh y Pinochet firmaron el documento. El Comandante en Jefe del Ejército se acababa de plegar al golpe, la suerte estaba echada.

 

 

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