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Analista Alfredo Joignant aboga por refundar la Concertación

Analista Alfredo Joignant aboga por refundar la Concertación

Tres hitos marcaron el 2006 en lo político, según el analista político Alfredo Joignant, quien destaca la elección de la primera Presidenta chilena, la muerte de Pinochet y la crisis del PPD. En este último punto, señala que la salida debe estar encaminada a convertir al partido de Sergio Bitar en una colectividad doctrinaria que luego se alíe con el PS y el PRSD para formar una gran fuerza de izquierda concertacionista.

Angélica Meneses
lanacion.cl

El analista político Alfredo Joignant desmenuza los hechos políticos ocurridos en el año 2006, desde donde destaca tres hitos, partiendo por la elección de Michelle Bachelet como la primera Presidenta mujer en Chile y la instauración de la paridad en el gabinete.

El experto sostiene que la llegada de las faldas a La Moneda es “el gran hito del año y tiene un gran significado histórico”, destacando luego “la fuerte crisis del PPD en el marco de una coyuntura crítica más general referida al tema de Publicam y todo lo que tiene que ver con las platas de campañas”, y dejando para el final “la muerte de Pinochet, en la medida que consagra biológicamente lo que ya se había consagrado políticamente hace tiempo”.

- ¿Cómo evalúa este primer año del gobierno de Bachelet?

- Ha sido un gobierno con muchas dificultades, muchas de ellas heredadas, no tanto del gobierno de Lagos como de una historia larga de la Concertación. Pese a ello es un gobierno que en los datos duros termina bien el año. La tasa de popularidad de la Presidenta es muy importante; hay una agenda legislativa para el 2007 bastante bien encaminada, especialmente a través del enorme proyecto de reforma provisional; un presupuesto expansivo de casi dos dígitos, algo prácticamente nunca antes visto; un precio del cobre muy alto; un crecimiento económico razonablemente alto; en fin, son datos duros que le permiten al gobierno y a la Presidenta estar razonablemente serenos, lo cual no significa que lo que se viene encima sea fácil. Este es un gobierno extremadamente experimental, en el sentido que se han hecho experimentos, cuyos efectos finales se van a conocer al final del mandato, partiendo por la fuerte circulación de las elites que tuvo lugar bajo en marzo último, a lo que se suma una derecha que no logra constituirse en alternativa de gobierno.

- ¿Existe lo que se ha dado en llamar ‘estilo de mujer’ en este mandato?

- Es difícil emitir un juicio taxativo y empíricamente fundado sobre el carácter femenino del ejercicio del poder presidencial. Lo que uno puede decir es que pese a todo la Presidenta, por el solo hecho de haber introducido el criterio de paridad en el Ejecutivo, ya configura un estilo de gobierno que antes no se observaba, aún cuando ya fue prefigurado por el ex Presidente Lagos cuando introdujo el criterio de cuotas y un tercio de su gabinete estuvo conformado por mujeres.

Un estilo más cercano del poder presidencial en relación a los ciudadanos no necesariamente es un estilo femenino porque si uno compara por ejemplo con lo que fue el gobierno de Margaret Thatcher, ahí estaríamos hablando de un macho, por lo tanto el famoso estilo femenino está sujeto también a rasgos de personalidad individual. Recordemos que el criterio de paridad lo introdujo y consagró un hombre, que es Rodríguez Zapatero.

Hay un estilo crecientemente horizontal, pero que todavía está a la espera de que se consolide en el plano de una agenda legislativa que canalice todo esto y eso vale también para el famoso gobierno ciudadano, que para que sea una realidad debe ser encausado a través de mecanismos específicos y probablemente eso va a ser parte de la agenda legislativa del próximo año.

Crisis PPD

Un segundo hito que marcó el año político es, según Joignant, la crisis del Partido Por la Democracia y la situación en que pone esto a la Concertación, la que cree debiera tener en su destino la refundación.

- ¿Cómo prevé el futuro del PPD?

- En lo personal yo soy partidario de avanzar hacia fórmulas federativas entre el PS, el PPD y el PRSD, con el fin de que en momento posterior se configure una nueva fuerza de la izquierda concertacionista, un partido cercano al 30%. El PPD es obvio que está en una situación extremadamente difícil, de la cual no es fácil salir. Tengo la impresión de que el PPD va a lograr sortear esta crisis, hay que ver si la expulsión de Jorge Schaulsohn se acompaña o no de la salida de algunos diputados, con el fin que eventualmente puedan formar un frente libera.

Creo que el PPD va a lograr revertir la crisis, lo cual no significa que haya resuelto la definición de lo que significa un partido PPD. La crisis que ha experimentado tiene componente del hecho que es un partido de inmigrantes, sin segmento ideológico claro, un partido que corresponde en las categorías de las ciencias políticas a un catch-all party, vale decir un partido “atrápalo todo” y cuando eso está presente las crisis se enfrentan de manera mucho más traumática que en otros partidos con identidades, tradiciones e historias largas. El PPD va a tener que hacer una transición a lo que es un partido doctrinario, si no las crisis van a seguir. Y mientras no se produzca el acercamiento a una lógica federativa o fusionista con el PS y el PRSD creo que el PPD puede sortear la crisis pero no le veo un destino glorioso.

- ¿Cómo se viene el futuro de la Concertación?

- Yo abogo -constatando el estado de tensión que hizo experimentar una fuerte regresión en los afectos y en las confianzas políticas mutuas y también en el plano programático- por que la Concertación se reconfigure, eventualmente una refundación, lo que pasa por transformaciones de sus propios partidos individuales y en primer lugar del bloque PPD, PS, PRSD, eventualmente en una lógica federativa fusionista. A partir de allí habrá una cierta incidencia en lo que es hoy la DC, pero la DC es un partido aliando y no forma parte de la reconfiguración del bloque progresista. Una vez que eso se resuelva habrá que reconfigurar la Concertación en otros términos, probablemente los mismos socios a nivel de individuos, pero formando parte de casas algo distintas y con programas y doctrinas algo más nítidas.

- ¿En qué plano queda la DC en este escenario?

- La DC tiene su propio lío interno, en el fondo hay prácticamente dos partidos en uno y eso se resuelve políticamente y a través de luchas hegemónicas. Creo que la DC va a experimentar un momento importante en su historia cuando enfrente en los próximos meses su congreso ideológico, y tal vez ahí sea la ocasión de reconstituir un cierto segmento doctrinario que probablemente se ha agrietado o debilitado. Esas transformaciones de la DC, el PPD, el PS y el PRSD participan del proceso general de reconfiguración de la coalición con miras a las elecciones de 2009.

Derecha y Pinochet

Joignant evalúa también el rol de la derecha, subrayando que está en un período de transformaciones que debieran hacer cambiar la configuración de la Alianza. La muerte de Pinochet es el último hito que destaca en este año, pero no como un hecho que guíe los pasos de la derecha ni que provoque una gran división entre los chilenos.

- ¿Cómo ha actuado la oposición? ¿Tiene opciones de alcanzar el gobierno?

- La derecha ha tendido a reordenarse en clave negativa, vale decir que se ha reordenado en oposición a, en reacción a la Concertación y en base a escándalos. Eso efectivamente es un progreso, pero es totalmente insuficiente para transformarse en alternativa de gobierno. La gran novedad de la derecha chilena es que por primera vez la UDI experimenta grietas, no quiero decir divisiones porque no lo son, pero sí grietas, la aparición de sensibilidades distintas y liderazgos excesivamente rivales en su interior, lo que hace una política interior de la derecha aún más compleja. Ya lo era en las relaciones entre un partido completamente fragmentado y heterogéneo como RN versus un partido extremadamente homogéneo y monolítico como era la UDI, pero hoy día con un partido menos monolítico y homogéneo como es la UDI, y RN tan fragmentado como siempre, la derecha tiene que enfrentar su propio lío interno como sector y a partir de ahí concensuar no sólo un programa, sino también nombres de candidatos para las presidenciales.

- ¿Frente a la muerte de Pinochet hubo una regresión de la derecha?

- Visualmente sí, pero en términos políticos no. La muerte de Pinochet en relación a la derecha y el estrellato que tuvieron algunos de sus dirigentes con ocasión de los funerales de Pinochet es un estrellato sin posteridad. Ese fue un acto de lealtad que revela lazos históricos, pero no es un lineamiento programático hacia el futuro.

- ¿Cómo pasa Pinochet a la historia?

- Pasa de manera irreversible como un dictador cruel. Dígase lo que se diga o se solicite un tribunal de los historiadores, dígase lo que se diga sobre conspiraciones internacionales, a nivel mundial eso es completamente irreversible y a nivel de Chile eso es irreparable.

- ¿Hay un país dividido frente a Pinochet, como mostraron las manifestaciones?

- No, en absoluto. Se ha extremado el juicio sobre las manifestaciones de tristeza y de alegría. Sesenta mil personas que fueron a ver el cadáver de Pinochet, versus 15 mil que se manifestaron en la plaza de la Constitución, en una ciudad de 5 millones de habitantes, es absolutamente nada. Sostener lo contrario es ridículo.

 

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