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Centros Chilenos en el Exterior

Pinochet y el treponema pálido

12/9/2006

"Según Joaquín Edwards Bello, este microbio portaba la sífilis que fue el causante de la muerte de buena parte de los jóvenes del siglo XIX; hoy hablaríamos del virus del sida. La larga existencia de Pinochet, vaticinada por un sabio chino, ha sido para Chile de efectos mortíferos, similares a estos virus y microbios: fue el traidor que llegó tarde la conspiración, convirtiéndose en el más cruel y asesino de los militares golpistas. Por miedo ante la grandeza de Allende, actuó con una brutalidad desproporcionada; no hay chileno decente que no haya sufrido los zarpazos del peor de los virus que cayó sobre Chile.

Aún no logro comprender cómo sus corifeos de la derecha política y empresarial se atreven a decir que no supieron nada sobre la violación a los derechos humanos y al robo, a mano armada, del erario nacional. No serán como los nazis que, después de derrotados, se declararon engañados por Hitler? Al menos, los colaboracionistas de Philipe Petain y las mujeres que sirvieron a los alemanes pagaron sus culpas. En Chile reina, gracias a la Concertación, la más absoluta impunidad.

El microbio tiene la capacidad de penetrar aún en los opositores, aparentemente más duros: a los pocos días del triunfo del NO, en el plebiscito de 1988, Foxley encontró perfecto el modelo económico de Pinochet , y Gabriel Valdés lo recibió, en gloria y majestad, en el Senado, tal como los jóvenes farreros del pasado, en una noche de amor con la dictadura se contagiaron con el microbio: Aylwin terminó encontrando muy simpático y leal al General, Pérez Yoma, como El diplomático, de Cantinflas, se repartían condecoraciones a diestra y siniestra, sólo faltaba la Virgen del Carmen, que salvó Piinochet del atentado. Los derechistas DC los salvaron de una justa acusación constitucional y, si no fuera por la labor del Senado norteamericano, jamás hubiéramos sabido del Banco Riggs.

Pinochet, como la treponema pálida, cada vez que tiene comparecer ante los jueces, o víspera de una sentencia, surge un espectáculo en el Hospital Militar, que se asemeja al viejo cuento del tío. Al menos, en esta última vez, como los caracoles en los días soleados, algunos derechistas se atrevieron a aparecer, cantando loas al dictador.

Se sabe que el microbio de la sífilis fue combatido con la penicilina pero, estoy seguro, que los infectados concertacionistas no la utilizarán. Es por esta razón que el fascismo, aunque minoritario, aún se reproduce entre los fanáticos seguidores del general."

Rafael Luis Gumucio Rivas




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