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Felipe Calderón asumió como Presidente de un México dividido

Felipe Calderón asumió como Presidente de un México dividido

En una fugaz y bochornosa ceremonia, ad hoc con la tensión de la jornada, el dirigente conservador fue investido como Jefe de Estado. Mientras, el ex candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador, lideró manifestación y prometió que no dará tregua a Calderón.

Foto: El saliente Vicente Fox y Felipe Calderón protagonizaron una de las transmisiones de mando más sui géneris de la historia latinoamericana.

lanacion.cl/Agencias

En una señal de la ingobernabilidad en que se encuentra México, el dirigente conservador Felipe Calderón fue investido como Presidente en una caótica jornada. A primera hora del viernes, en una ceremonia ajena a la tradición constitucional mexicana, el nuevo Mandatario se terció la banda presidencial de manos de Vicente Fox en la residencial oficial de Los Pinos.

Tras esa ceremonia inédita, se especulaba que Calderón no asistiría a la Cámara de Diputados, que en los últimos días se convirtió en un campo de batalla entre congresistas oficialistas (del Partido de Acción Nacional, PAN) y opositores adherentes a Andrés Manuel López Obrador (Partido Revolución Democrática, PRD).

Pero Calderón llegó hasta la Cámara para cumplir con el protocolo. Fue una asunción fugaz, bochornosa y cargada de tensión por los intentos infructuosos de los legisladores de izquierda de boicotearla. La ceremonia comenzó con diecisiete minutos de retraso y registró nuevos conatos de violencia entre los “honorables” aztecas. Tras jurar, Calderón –fuertemente custodiado por guardaespaldas- se retiró sin pronunciar discurso.

El presidente del Senado, Eduardo Frei Ruiz Tagle, quien reemplazó a la Presidenta Michelle Bachelet en el cambio de mando, comentó que “lo ocurrido es un mal ejemplo para Latinoamérica. Demostramos poca capacidad de amistad cívica, poca capacidad de diálogo y de entendimiento. Damos una mala imagen ante el mundo”.

Entre los mandatarios y personalidades extranjeras invitados a la investidura, destacaban el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón; el ex presidente de EE.UU. George Bush, padre del actual, y el colombiano Alvaro Uribe, entre otros.

López Obrador

Mientras Calderón juraba, Andrés Manuel López Obrador presidía una multitudinaria concentración con sus seguidores en el céntrico Zócalo que precedió a una manifestación por el Paseo de la Reforma, una de las principales arterias de la capital mexicana.

López Obrador convocó a sus seguidores a una manifestación y a una marcha pacíficas. (Foto: AP)

Si bien fue multitudinaria, la rebelión de los adherentes a AMLO distaba mucho de la cantidad convocada por los primeros mítines de la izquierda tras las elecciones del 2 de julio, en los que se pedía un nuevo recuento de votos. En dichos comicios, López Obrador perdió por una ínfima diferencia de votos, que lo llevó a liderar un "movimiento de resistencia civil pacífica" y autoproclamarse "Presidente legítimo".

En su alocución, López Obrador prometió que no le dará tregua a Calderón. Tras el acto, encabezó una marcha para llegar cerca del Auditorio Nacional, donde el nuevo Presidente se reunía con simpatizantes, pero efectivos antidisturbios frenaron la manifestación, sin incidentes.



Las claves de Calderón

Tras jurar, Calderón lideró un acto junto a sus simpatizantes y colaboradores en el Auditorio Nacional, cerca de la residencia presidencial, donde pronunció el discurso que no pudo decir en la Cámara de Diputados.

En cerca de media hora, Calderón expuso los ejes de su mandato, prometiendo "resolver de fondo la desigualdad social”. Como gesto simbólico anunció que reducirá su sueldo y el de otros funcionarios encumbrados.

Entre gritos de "sí se puede, sí se puede" de sus partidarios, a los que respondió con la frase "sí se puede y sí se pudo", en referencia al fracaso de la izquierda en el Congreso para impedir su asunción, y acompañado de su gabinete, el economista y abogado de 43 años anunció una serie de reformas legales para aumentar las penas por delitos comunes.

El Presidente conservador anunció además un programa orientado a que "los niños mexicanos que nazcan a partir de hoy cuenten con un seguro médico que proteja su salud", como prometió en su campaña.

Sobre la confrontación política en el país, llamó a un "diálogo nacional con todas las fuerzas políticas", para un "proceso de negociación abierta y sincera entre partidos y el presidente". "Este diálogo no puede esperar; dialogaré con quien esté dispuesto y construiremos con quien quiera construir, pero siempre sabré gobernar para todos", aseguró.

También prometió impulsar una reforma electoral para reducir el financiamiento a partidos, acortar los plazos de campaña, regular precampañas y fiscalizar los ingresos y patrimonio de cada partido.

En materia económica dijo que el "reto es enorme" y que la emigración hacia Estados Unidos "sigue dividiendo a las familias". Después de la alocución, Calderón se dirigió al Campo Marte, una instalación militar cercana en la que recibió el reconocimiento del Alto Mando de las Fuerzas Armadas mexicanas.

El análisis de Frei

Con López Obrador como “Presidente paralelo”, el desafío para Calderón es de marca mayor. Según Frei, la clave es si el dirigente panista “va a tener la capacidad política para darle gobernabilidad a este país y si va a poder concretar acuerdos mínimos con el PRI y con algunos sectores del PRD”.

El ex Mandatario chileno, quien catalogó la situación mexicana como “complicada y difícil”, valoró de todos modos las capacidades del sucesor de Fox. “El nuevo Presidente es un dirigente político importante, ha sido parlamentario, es una persona que tiene conocimientos y que tiene una gran voluntad de buscar un diálogo con todas las fuerzas políticas para darle gobernabilidad a este país. Ese va a ser el gran test que va a tener en los primeros meses de su gobierno”, comentó.

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