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En el Beagle chilenos y argentinos recordaron al Papa Juan Pablo II

En el Beagle chilenos y argentinos recordaron al Papa Juan Pablo II

EMOTIVO DESFILE EN ANIVERSARIO DE PUERTO WILLIAMS 

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En 1978 el canal Beagle estaba dividido, y sólo faltaron horas para llegar a un fuego cruzado que pudo manchar con sangre chilena y argentina las turbulentas aguas del confín austral.  

Fueron las gestiones del Papa Juan Pablo II, a través de los cardenales Antonio Samoré y Raúl Silva Henríquez las que finalmente evitaron un desenlace fatal.

Después de 28 años del conflicto, y en el quincuagésimo tercer aniversario de Puerto Williams, la ciudad decide bautizar a la costanera con el nombre de Juan Pablo II, recordando en una placa el legado del Papa que trabajó por la integración y la paz. 

Gauchos llegados de Ushuaia, huasos, estudiantes y la comunidad yagán residente en puerto Williams participaron del histórico acto realizado a orillas del canal Beagle.  En total más de 600 personas disfrutaron del sol radiante del mediodía, algo poco usual en el territorio subantártico.

La apertura la dio la intendenta de Magallanes, Eugenia Mancilla, revistando las filas de la Armada, y autorizando el desfile cívico militar, con fuerte presencia de organizaciones sociales argentinas.

El tono de emoción llegó cuando el obispo de Río Gallegos, monseñor Juan Carlos Romaní, bendijo la placa recordatoria a Juan Pablo II e hizo un llamado a la paz.  “La integración de países hermanos es natural y de fe, tiene un aprendizaje que no puede romperse con ningún conflicto”.

Posteriormente Mancilla hizo un llamado a los habitantes de Puerto Williams para que asuman los desafíos futuros, y desarrollen una vocación turística basada en el territorio.

“Esta provincia requiere de grandes desafíos futuros, necesitamos una mirada productiva, compartir visiones comunes.  Tenemos que potenciar muchas áreas para posicionar internacionalmente el turismo de fines especiales.  Hay que recuperar el borde costero, pavimentar calles, construir viviendas, desarrollar un circuito  donde se vitalice la economía local.  El desafío no es menor porque involucrará importantes sumas de dinero y como gobierno estamos dispuesto a recuperarlo”, explicó Mancilla.

Sin embargo, la fiesta de aniversario comenzó la noche anterior, en una vigilia para esperar las doce.  La actividad congregó a los pobladores más antiguos de Williams, y fue amenizada con historias de los residentes.

“De muy chica me vine a esta tierra, estoy feliz de mi raza y sus enseñanzas, quiera ser que nuestras tradiciones continúen con la familia”, señalaba orgullosa Cristina Calderón, una de las últimas mujeres yaganes en conservar la lengua de su pueblo.

A sus dichos se sumaron marinos que partían, pequeños comerciantes que dieron cuenta de los años difíciles, y números artísticos de estudiantes. A las doce de la noche un brindis, en el salón del Liceo Donald Mc Intyre, iluminó de buenos augurios la pequeña localidad, ubicada a 296 kilómetros de Punta Arenas.

 

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