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Serie de errores casi provoca un conflicto bilateral de proporciones

Serie de errores casi provoca un conflicto bilateral de proporciones

Supuesto espionaje a pilotos argentinos: una historia de alcohol, noche y mujeres

Ex conserje del hotel de la FACH fue descubierto por un oficial trasandino mientras trataba de reponer licores en el frigobar. Justicia militar se declaró incompetente al determinar que se trataba de un hurto simple y derivó los antecedentes a la Fiscalía Centro Norte.

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Foto: El conserje del Hotel Manutara fue detenido por efectivos de la Dirección de Inteligencia de la Fuerza Aérea y luego dejado en libertad.

Digno de un gag de “El Súper Agente 86” fue el supuesto espionaje que afectó a un oficial de la Fuerza Aérea argentina mientras alojaba en el Hotel Manutara, perteneciente a la FACH. La visita se dio en el marco de un intercambio entre las dos ramas para conocer el funcionamiento del escuadrón de alta acrobacia.

El “incidente diplomático” se originó cuando el ex conserje -de iniciales C.S.S.- fue sorprendido por el militar trasandino escondido en la pieza en que dormía la comitiva de pilotos, lo que gatilló un escándalo de proporciones al interior del hotel.

Los gritos del oficial argentino -que acusaban al conserje de estar hurgando dentro de sus cosas- llegaron a oídos de la sección de inteligencia al otro lado de los Andes. Este escándalo gatilló que la Fuerza Aérea trasandina enviara al día siguiente un comunicado al Ministerio de Defensa pidiéndole explicaciones por la falta de seguridad en sus dependencias y manifestó que sería lamentable que se tratara de un caso de espionaje.

Prisión

El acusado fue privado de libertad de forma inmediata y se derivó a una instalación militar, en donde estuvo incomunicado durante una semana. Las constantes indagatorias hechas por el fiscal de aviación de Santiago, Patricio Morales, evidenciaron que sólo se trataba de un hurto simple, por lo que optó por declararse incompetente y envió los antecedentes a la Fiscalía Centro Norte para que el caso sea investigado por el fiscal Leonardo de la Prida. El acusado aún no ha sido formalizado por el mencionado ilícito y se espera que hoy sea interrogado por el prosecutor.

La ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, declaró ayer que “este es un caso de un funcionario que intentó robar a los pilotos argentinos y no se trata de espionaje. El Ministerio de Defensa respondió a la carta enviada por la Embajada de Argentina, la cual dejó satisfecha a ambas partes”.

Crónica del error

Una fuente cercana al caso contó a La Nación que todo fue una serie de equivocaciones, que casi desembocó en un conflicto bilateral de proporciones.

Todo se originó porque el conserje sacaba los tragos de los frigobares en las noches para compartirlo con algunas “amigas”. Con los oficiales argentinos no fue la excepción.

El funcionario tenía todo controlado hasta que los dos pilotos trasandinos ocuparon la habitación 72 del hotel. Al conocer esto, el conserje se mostró asustado y nervioso durante toda la mañana. La razón de su actitud era simple: había sacado los licores del frigobar de esa pieza.

Al ver que los oficiales argentinos estaban tomando desayuno en el casino del hotel, el joven subió raudamente al séptimo piso y comenzó a reponer las cervezas, piscos, vodkas y whiskies, sin imaginar que uno de los oficiales estaba subiendo al ascensor.

La audacia se convirtió en estupidez cuando al oír que la manilla giraba, decidió esconderse detrás de la puerta con la finalidad de que no lo descubrieran y su acto quedara en la más completa impunidad.

Su plan iba viento en popa hasta que el piloto dio la vuelta y se encontró con la sorpresa de que no era el único en la habitación. En ese instante, el oficial le pidió explicaciones, pero el impacto no dejaba hablar al conserje.

El funcionario fue detenido de inmediato por la Dirección de Inteligencia de la Fuerza Aérea y sometió a interrogatorios a todo el personal de la instalación. Esto provocó la renuncia de la administradora del hotel, María Inés Cortés, quien llevaba dos años en el cargo y 17 en la institución castrense. LN

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