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Ex CNI que siguió a Frei Montalva entregó pista sobre venenos

Ex CNI que siguió a Frei Montalva entregó pista sobre venenos

Raúl Lillo Gutiérrez tenía como informante al chofer del ex mandatario

En su testimonio reveló que el químico de la DINA, Eugenio Berríos le aseguró que inoculó toxinas para intentar asesinar a dos miristas en 1981, e hizo lo mismo en los ‘70 con Carmelo Soria y Renato León, ex Conservador de Bienes Raíces.

www.lanacion.cl

Jorge Molina Sanhueza

Foto: Esta es la primera fotografía publicada del ex agente Raúl Lillo Gutiérrez quien siguió a Frei Montalva hasta su muerte, a través de su chofer, Luis Becerra.  

Un ex agente de la Central Nacional de Informaciones (CNI) perteneciente a la Brigada Político Sindical y que siguió durante varios años al ex Presidente de la República Eduardo Frei Montalva, entregó una pista clave al ministro en visita Alejandro Madrid sobre la fabricación de venenos.

En una declaración que consta a fojas 6.710 a 6.714 del tomo XIX del expediente, el ex CNI y ex miembro de la Unidad Especial de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), Raúl Lillo Gutiérrez, reveló al magistrado una conversación que mantuvo con el químico de la DINA Eugenio Berríos, mientras lo cuidaba estando clandestino en Uruguay.

De acuerdo con su relato, Berríos le comentó que en diciembre de 1981, logró introducir una toxina preparada por él, en unos tarros de conserva a la ex cárcel pública, donde estaban presos los militantes del MIR Ricardo y Elizardo Aguilera, Guillermo Rodríguez Morales -“El Ronco”- y Adalberto Muñoz Jara. Todos estuvieron al borde de la muerte por haber contraído misteriosamente botulismo. “El le inoculó esa sustancia capaz de producir envenenamiento”, declaró Lillo Gutiérrez.

Valija secreta

La cepa de esta toxina llegó a Chile por valija diplomática de la Cancillería en junio del mismo año al Instituto de Salud Pública (ISP), por petición del jefe del Laboratorio de Guerra Bacteriológica del Ejército –dependiente entonces de la DINE-, el doctor Eduardo Arriagada Rehren.

La importancia que tiene la declaración de Lillo Gutiérrez para el proceso, es que al mismo tiempo, desde sus tiempos de la DINA pasando por la CNI, hasta que Frei murió, fue el agente de control de Luis Becerra, chofer y hombre de confianza del ex Mandatario, quien actuó como su informante hasta mediados de la década de los ´90, cuando trabajaba con Andrés Zaldívar.

En ese contexto, de acuerdo con fuentes allegadas a la investigación, el relato de Lillo Gutiérrez -cuya chapa era Manuel Arriagada- concatena perfectamente con la cronología de los hechos históricos y judiciales que tiene Madrid en el expediente. Y esto, porque Frei se enferma por primera vez el mismo día 8 de diciembre cuando los miristas se enferman de botulismo, según consta en el informe Investigaciones, preparado por la detective Palmira Mella.

“Es dable señalar la fecha del día 8 de diciembre de 1981, día en que se intoxicaron cuatro reos comunes y cuatro reos subversivos -miristas- en la ex Cárcel Pública de Santiago por toxina botulínica, es el mismo en que el ex Presidente de la República Eduardo Frei Montalva, sufrió una grave infección, donde fue intervenido nuevamente con diagnóstico de peritonitis aguda”, señala el documento.

De allí en adelante, serán sólo semanas para que Frei fallezca misteriosamente el 21 de enero de 1982 en la Clínica Santa María.

Otros hechos

Pero Lillo, en su testimonio, entrega también otros detalles que le entregó el mismo Berríos, vinculados al homicidio del diplomático español Carmelo Soria y del Conservador de Bienes Raíces, Renato León. Según el relato del ex CNI, Berríos le aseguró que ambos fueron envenenados por toxinas preparadas por él.

“Berríos se explayaba bastante conmigo, tenía una afinidad con mi persona que no la tenía con nadie de la Unidad Especial de la DINE que le cuidaba en Uruguay. Él me decía que era amigo de Manuel Pérez Santillán y pienso que esa amistad nació porque ambos trabajaron en la Brigada Mulchén de la DINA, junto a Patricio Quilhot y Jaime Lepe Orellana”, dijo al juez.

Este último punto es interesante, ya que Madrid estableció que Lepe, quien fuera el secretario general del Ejército en 1993 y uno de los hombres más cercanos a Pinochet, ordenó a los agentes del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE) que siguieran al ex DINA José Remigio Ríos San Martín otro miembro de la Brigada Mulchén quien lo inculpó de participar en la muerte de Soria. Finalmente, Lepe lo citó a una reunión en el restaurante la Casa Vieja, donde lo conminó a cambiar su declaración a cambio de una camioneta, hecho acreditado en el proceso y revelado este lunes por La Nación. LN

Otra vez, Berríos y la toxina botulínica

Quizá uno de los episodios hasta ahora más reveladores de cómo Eugenio Berríos es quien recorre desde el laboratorio de la Brigada Mulchén de la DINA hasta la muerte de Frei, está también avalado por lo dichos que Michael Townley prestó en Estados Unidos a los detectives chilenos.

En su relato en las seis páginas que constan en el cuaderno separado B-IX entre las fojas 2.993 a la 2.999 del proceso, Townley, asegura que el ex jefe de la DINA, Manuel Contreras Sepúlveda, quiso asesinar a su reemplazante de la CNI, general Odlanier Mena. El ex agente relata que en noviembre de 1977 el “Mamo” le pidió que preparara una sopa de bacterias para “incapacitar a Mena”.

“Hablé con Eugenio Berríos, ya que el laboratorio de la DINA lo habían desmantelado y después de algunos días me dijo que lo haría con tétano o toxina botulínica (que provoca el botulismo) y que las podía conseguir con el director del ex Instituto Bacteriológico (hoy ISP), pero me pidió una incubadora... El producto se lo pasó al mayor Vianel Valdivieso... para introducir este producto bacteriológico en el té...”.

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