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Honorables senadores podrían transformarse en ciudadanos senadores

Senadores Alejandro Navarro, Jaime Naranjo y Guido Girardi presentaron una moción para modificar en el Reglamento del Senado el concepto formal con el que se denomina el cargo

Su convicción de que “los senadores son ciudadanos iguales a otros, sólo que mandatados para ejercer una función distinta al resto”, expresó el senador Alejandro Navarro, quien presentó una moción, en conjunto con sus pares Jaime Naranjo y Guido Girardi,  para modificar el Reglamento de la Cámara Alta y cambiar el concepto de “honorable senador” por el de “ciudadano senador”, con el fin de acercar el Parlamento a la ciudadanía.

El senador Navarro afirmó que “consideramos que el término ‘honorable’, más que una formalidad de respeto al cargo confunde a la comunidad, ya que es común considerar dicho término como una suerte de honestidad no rebatible, ni cuestionable”.

Agregó que “algunos consideran el término ‘honorable’ como un título o rango al que es posible aspirar y mantener en el tiempo, desdibujando el verdadero rol de los Senadores de la República, que es: ser los representantes de la ciudadanía”.

Por estas razones, recalcó que “el proyecto busca cambiar el término ‘honorable’ por el de ‘ciudadano’, debido a que este último concepto se condice más con la función que desempeña el senador, esto es, ser un ciudadano igual que los demás, pero con una función determinada: representar a sus electores en el Parlamento y promover los intereses de la comunidad en las leyes y disposiciones legales que se dicten al efecto y que puedan afectar a dicha comunidad en un lugar y tiempos determinados”.

El legislador recordó que “en Latinoamérica, la experiencia más cercana la tenemos en Uruguay, en donde se habla de Cámara de Representantes y su Constitución se refiere a representantes nacionales y no a diputados. En Uruguay no se utilizan los términos excelencia, excelentísimo, honorable u otro, ya que todos son iguales, desde el Presidente de la República hacia abajo. De hecho, en esa nación, el artículo 8° de la Carta Magna no reconoce otra distinción que no sea la de los talentos o las virtudes”.

El senador Navarro puntualizó que “en Europa, el caso más emblemático es el de Francia, donde los representantes elegidos del pueblo no llevan ningún título, sino el de su cargo: ‘señor diputado’, señor Presidente’ o ‘señor alcalde’”.

En tanto, “en Alemania, no existe ninguna legislación sobre el asunto. Los miembros del Parlamento Federal de Alemania no tienen ningún título, y se utilizan sólo las expresiones ‘señor o señora diputado o diputada’. En Bélgica ocurre lo mismo, mientras que en Turquía se utiliza el término ‘estimado diputado’”.

El legislador aclaró que “ésta no es una discusión secundaria sobre el uso de tal o cual término, sino que se trata de reflejar en las formas la relación que el Parlamento, en este caso el Senado, tiene con el resto de la sociedad. Nosotros tenemos la convicción de que debemos superar ciertas formas antiguas que en nada ayudan a fortalecer una cercanía y de igualdad con los ciudadanos que nos eligen y nos mandatan para ser sus representantes”.Por ello, señaló que “utilizar la denominación ‘ciudadano senador’ nos ayudará a generar una mayor sensación de equidad social y, por cierto, fortalecerá nuestra institucionalidad democrática”.

Finalmente, el parlamentario dijo que espera que “los senadores asuman este debate con seriedad y altura de miras y no lo caricaturicen o le resten seriedad, porque creemos es de la mayor importancia, especialmente en una sociedad como la chilena, donde las personas renuncian en un gran número a ser ciudadanos, no inscribiéndose en los registros electorales, y donde existe una distancia cada vez mayor entre los jóvenes y la institucionalidad legislativa”.

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