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Los partidos evalúan el nuevo escenario que les creó Bachelet

Los partidos evalúan el nuevo escenario que les creó Bachelet

EL FUERTE IMPACTO DEL PRIMER GABINETE
Los partidos evalúan el nuevo escenario que les creó Bachelet

En las tiendas se admite que Bachelet ha inaugurado una nueva forma de relacionarse con las cúpulas políticas. Lo que también quedó fielmente reflejado el día en que se dio a conocer el gabinete. En lugar de ser ella quien comunicara su decisión a los partidos, Bachelet pidió a su futuro canciller, el DC Alejandro Foxley, que asumiera esa tarea.

Richard Miranda  wwwlanación.cl  R.M.

A horas de que la Presidenta electa, Michelle Bachelet, anunciara su primer gabinete ministerial, en la noche del lunes 30, los partidos coaligados en la Concertación se definían ayer en privado como “algo” desconcertados respecto de lo que han evaluado como el procedimiento “hermético” que Bachelet usó para configurar su equipo de trabajo. En las colectividades la versión oficial no sólo respetó y valoró la forma en que la futura Mandataria hizo uso de sus prerrogativas, pero también se tomó nota de que en los próximos cuatro años deberían aprender a convivir con la idea de que no todo les será consultado desde La Moneda.
En los partidos se admite que Bachelet ha inaugurado una nueva forma de relacionarse con las cúpulas políticas. Lo que también quedó fielmente reflejado el día en que se dio a conocer el gabinete. En lugar de ser ella quien comunicara su decisión a los partidos, Bachelet pidió a su futuro canciller, el DC Alejandro Foxley, que asumiera esa tarea. Los llamados por teléfono a los cuatro partidos fueron casi en simultáneo al momento en que la futura Jefa de Estado salía al aire por los canales de televisión. De hecho, Foxley llegó al comando de General del Canto pasadas las 18 horas para recibir la misión asignada.
Lo política y obviamente correcto para asumir esa tarea habría sido que lo hiciera el ministro del Interior, el DC Andrés Zaldívar, por su calidad de jefe del equipo político. Sin embargo, Bachelet consideró no apropiado que éste fuera quien le informara a su hermano, el presidente de la DC, Adolfo Zaldívar, la configuración del gabinete; es decir, optó por liberar al próximo ministro del Interior de pasar el momento ingrato de tener que comunicarle al senador “colorín” que él era el seleccionado para Interior y no la carta de la mesa, el también senador Rafael Moreno.
Pero junto con declararse asombrados por la decisión de Bachelet de usar a cabalidad sus atribuciones, los partidos tampoco ocultan su preocupación de que se haga del “hermetismo”, como lo llaman, una práctica habitual en el Gobierno bacheletista, sobre todo tratándose de materias relevantes. De ahí que no se descarta que en futuras reuniones con la Presidenta electa los jefes de partidos le hagan saber que, sin dejar de respetar sus facultades presidenciales, desean tener “línea directa” con la Mandataria para evitar eventuales problemas. Buena parte de esta presión viene de las bancadas parlamentarias, siempre ansiosas de intervenir en el Ejecutivo.
Con una mayor cuota de análisis, los partidos prosiguieron ayer examinando los pros y contras del gabinete. En la DC, partido que antes del anuncio de la Presidenta electa estaba sumido en una fuerte fricción, producto del temor de no quedar bien representado en el gabinete, la evaluación no fue feliz en todos los sectores. Los disidentes, a través del senador Jorge Pizarro y el diputado Jorge Burgos, calificaron como “positivo” el cuadro ministerial, pero otras voces de la oposición lo que más festejaron fue la escasa representación “colorina” en las siete carteras falangistas, aunque tampoco haya disidentes “duros” entre los nuevos secretarios de Estado. De éstos, sólo dos tienen cierta cercanía con la mesa de Zaldívar, Martín Zilic (Educación) y Laura Albornoz (Sernam). Mientras tanto, en el sector del timonel se admitió que lo que les faltó fueron nombres “de peso” para que Bachelet tuviera dónde escoger. Al ser el senador Moreno la única carta viable para Zaldívar, éste habría dejado de manos atadas a la Presidenta electa, pues a Moreno no lo querían el bloque progresista ni la disidencia.

Crítica radical

Una de las voces más abiertamente críticas surgió desde las filas radicales, sector donde su presidente, el senador electo José Antonio Gómez, dejó en evidencia que no están conformes por la escasa participación en el gabinete Bachelet. Gómez celebró que su petición de integrar el comité político haya sido escuchada por la Presidenta electa, a través de la sumatoria de Isidro Solís (Justicia) al equipo político, porque es primera vez que ello ocurre desde que la Concertación asumió en La Moneda en 1990.
Sin embargo, esta alegría contrasta con la desilusión de verse disminuidos en la totalidad del equipo ministerial. Al respecto, Gómez sostuvo ayer que “el gabinete cojea en los equilibrios, que no están bien representados”.
Sin dejar pasar un minuto para hacer saber su molestia, el dirigente radical advirtió que tiene puestas sus esperanzas en los cargos que faltan por llenar, que son los cupos de subsecretarios, intendencias, gobernaciones y jefes de servicios. Con una representación importante de radicales en tales cargos, Gómez señaló que se lograrían de mejor forma los equilibrios políticos.

EL SORPRESIVO EFECTO MINISTERIAL EN EL PPD

Uno de los partidos que aparece más dañado con la composición del gabinete es el PPD, al ver a dos de sus principales figuras fuera de carrera. Se trata del presidente de la colectividad, Víctor Barrueto, que no repostuló a la cámara baja para ingresar al gabinete, y el ex ministro Sergio Bitar, que renunció a la cartera de Educación para reforzar la segunda vuelta. Ayer se reunió la mesa del partido y se concluyó en una declaración en la cual valoran la decisión de Michelle Bachelet y se comprometen a trabajar por el nuevo gabinete, aunque no se trató de un texto muy entusiasta.
No obstante, internamente la cúpula se siente pasada a llevar, sobre todo porque el PPD fue el primer partido que apoyó, sin condiciones, a la hoy Presidenta electa. De manera que aunque no lo han dicho en público, el PPD espera ser recompensado en los cargos que quedan por llenar.
Mientras algunas fuentes aseguran que Bitar estaba muy enojado por su marginación, el ex ministro se reunió ayer con el Presidente Ricardo Lagos y a la salida dio a entender que no ha hablado con Bachelet y que tampoco está en su agenda hacerlo. Barrueto, en cambio, admitió que esperaba ser parte del elenco de Bachelet, aunque precisó que está dispuesto a seguir apoyándola.
En el PPD también los golpeó darse cuenta que los secretarios de Estado elegidos por Bachelet no tienen domicilio firme en las tendencias dominantes y se trata de militantes más libres en sus adscripciones. El paradigma es el cargo teóricamente más importante, la Secretaría General de Gobierno, donde ha quedado Ricardo Lagos Weber, pero éste tiene perfil propio y autónomo distante de la “máquina” PPD. Una situación parecida ocurre con la nueva titular de Defensa, Vivianne Blanlot, que si bien estaba en las fórmulas del partido, nunca se pensó para Defensa. El PPD resiente haber quedado al margen de las carteras más sectoriales y de contacto con la sociedad civil.
 
EL PS NO HARÁ OLITAS

En el PS tenían cifradas las esperanzas en contar con Mario Marcel como ministro de Hacienda o Luis Maira como eventual canciller. Sin embargo, la sobreexposición que sufrió el primero y la percepción de que podía ser considerado en extremo un continuista de Nicolás Eyzaguirre le jugaron al final en contra. Además que Andrés Velasco fue un bacheletista a tiempo completo -cosa que Marcel obviamente no pudo por su función en la Dirección de Presupuesto- y sólo estaba disponible para Hacienda. Maira, en tanto, siempre corrió segundo y su designación podría haberse interpretado como una izquierdización de la política exterior, lo que no era la idea. Pero los socialistas, sin embargo, están conscientes que ellos son los menos apropiados para hacerle olitas a Michelle Bachelet. De manera que están por dar vuelta la página y ponerse a trabajar para que los partidos aliados cierren filas tras la Presidenta electa. Con todo, los ojos de la sospecha están puestos en Camilo Escalona, ya que en el tercerismo y la renovación consideran que quien salió mejor parada fue precisamente la corriente de Nueva Izquierda a la que pertenecen tanto Escalona como la propia Bachelet.

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